¡Cuidado que viene el Fondo!

Las elecciones nacionales pueden darle a LA las mayorías necesarias para avanzar con las reformas que pida el Fondo

Hoy, Argentina es el principal deudor del FMI. Casi que el Fondo existe por nosotros. Pero en la crisis subprime de 2008 y sobre todo en la crisis de deuda europea que derivó de la subprime, los ojos – y exigencias – del FMI se posaron sobre Europa. ¿Por qué nos interesa hablar de esto ahora? Por dos motivos: 1. Argentina tiene un perfil de vencimientos casi incumplible con el Fondo Monetario 2. Estamos a días de elecciones legislativas que pueden cambiar la composición del Congreso. 



No poder pagarle al FMI implica que más temprano que tarde habrá que volver a negociar. Por ahora, los acuerdos vienen exigiendo un cierto programa económico “de corto plazo”, con objetivos que están en manos casi exclusivamente del Poder Ejecutivo y que atienden a variables que se miden mes a mes o año a año: el resultado fiscal, la cantidad de reservas, el valor del dólar. Pero no sabemos que nos va a exigir el Fondo la próxima vez, que sería la cuarta al hilo donde vamos a contarles que no estaríamos pudiendo pagar. Cuando los préstamos se extienden, es común aplicar acuerdos de más largo plazo donde el FMI imponga las famosas “reformas estructurales”. Reformas que en general, requieren aprobación del Congreso.  

Por eso nos interesa Europa. En la crisis de deuda, varios países tuvieron que acudir al Fondo, y lo que se conoció como “la Troika” (la conjunción del FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea) impulsó reformas estructurales en casi todos los países europeos. ¿Qué son las reformas estructurales? Aquellas que apuntan a modificar de manera permanente ciertos acuerdos sociales. En general, estas reformas apuntan al sistema jubilatorio, a la legislación laboral, y al funcionamiento del Estado en general (incluyendo por ejemplo privatizaciones o reformas impositivas). Aunque la aplicación de estas políticas no fue exclusiva de los países “rescatados”, aquellos que tenían un acuerdo con el FMI se vieron más presionadas y tuvieron que aplicar reformas más violentas. Repasemos entonces lo que La Libertad Avanza podría querer aprobar en el Congreso si cuenta con las mayorías necesarias. Por lo que viene anunciando el propio gobierno, intentarían aprobar reformas de este tipo aun si el fondo no las pide. Pero vale el caso europeo al menos de ejemplo.


La Reforma Jubilatoria

Alemania, España, Italia, Francia, Grecia, Irlanda, Portugal, Gran Bretaña. Todos impulsaron un aumento de la edad jubilatoria de al menos dos años. La norma fue pasar de 65 a 67. En Italia, las mujeres que se jubilaban a los 60 vieron aumentar a 67 (¡7 años más!) su edad jubilatoria. En Irlanda, se pasó de 66 a 68 años. En algunos casos, como en Inglaterra, este aumento estaba previsto, pero se aceleró su implementación con la crisis. En casi todos los casos también, se endurecieron los requisitos para acceder a una jubilación anticipada. Los casos de Grecia y Portugal incluyeron una rebaja de las jubilaciones, al suspender la movilidad de la mismas. España aumentó los años necesarios de aportes.



La Reforma Laboral

También se impulsaron reformas laborales con un recetario bastante tradicional. ¿Qué se modificó? En general, se promovieron contratos temporales, baja de indemnizaciones y flexibilización de despidos y se buscó volver a ponderar las negociaciones salariales por empresa vs por actividad. Hubo fuertes ajustes en el empleo público, tanto en la cantidad de empleados como en sus salarios.


¿Funcionaron estas reformas? La repuesta les sorprenderá

Con la reforma jubilatoria, la oposición de la población fue tal que, en muchos casos, se volvió atrás o se postpusieron algunas de estas reformas. Cada tanto, los gobiernos vuelven a la carga con las modificaciones. Sobre las reformas laborales, quizás el caso más paradigmático sea España.

En 2012, implementaron una reforma que facilitaba el contrato por tiempo determinado así como el despido. También se favoreció la negociación por empresas vs la negociación por actividad. Mientras que los éxitos fueron dudosos (el desempleo bajó respecto al pico de la crisis subprime, pero nunca pudo retomar los valores previos a la crisis), los fracasos fueron evidentes. Promover el empleo temporario no hizo otra cosa que aumentar el empleo temporario, generando grandes contratiempos, incertidumbre e inestabilidad en la vida de los trabajadores. En 2022, se aprobó una nueva reforma que revirtió buena parte de lo establecido en 2012. Los resultados fueron muy buenos. Los contratos a tiempo indefinidos y los contratos asalariados, de mayor estabilidad, crecieron mucho en proporción, alcanzando niveles record para España. A su vez, no se resintió el empleo, que también está en niveles récord, lo mismo que la tasa de desempleo que por primera vez desde 2008 roza el dígito.


Etiquetas: opinion

Autor: Equipo Cedaf

Publicado el 03-09-2025


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